Autorretrato: Vayamos aproximando el bochín
Un espacio experimental en busca de la entrevista soñada: el invitado se interroga y se fotografía.
Por Yamila Schmies nota La Nación
En diálogo con su otro yo, la artista plástica Mireya Baglietto aprovecha este espacio y reparte consejos relacionados con la física cuántica para abrir la cabeza, y que "todo llegue a ser tan nuevo como te lo propongas". Y se saca una autofoto de lo más arty , como era de esperar. 
-¡Hola, Mire!
-Por favor, menos confianza.. Mi nombre es Mireya y si me decís Mire , me estás quitando algo que para mí es muy importante. 

-¿Tanto lío porque te saqué un pedacito al nombre?
-No, es porque me estás quitando una sílaba que define el presente, que para mí es jugoso y magnífico. Mi nombre me da licencia para que otros puedan afirmar el presente. 

-¡Qué difícil!
-No creo que sea difícil definir el presente, sólo se necesita sentir que el cuerpo está vivo ya, ahora, eso es estar presente. 

-¿Eso es estar presente ? De lo difícil pasás a lo demasiado fácil. Hablar del tiempo es cosa seria: del tiempo hablan los físicos, los filósofos, los místicos, y siempre que los escucho o leo me vibra la cabeza.
-Sería bueno que te vibrara también el cuerpo. Ambos son aspectos indivisos de nosotros mismos. Y para referirse a esos aspectos es imprescindible recurrir a conceptos como cultura, sensibilidad, inteligencia, desenfado, aceptación, sometimiento y libertad. 

-Bueno, con esto me estás dando permiso, y desde este permiso pregunto: ¿esto del tiempo es místico o intelectual?
- Porfa , no separes? Todo pasa por el cuerpo y tiene un mismo origen, parte y transita por el ser humano. La misma persona tiene partes místicas e intelectuales. Esto generalmente se interpreta como dualidad, pero a la luz de la física cuántica la dualidad tiene otro significado; la prueba está que una partícula se puede comportar como onda y una onda como partícula. 

-Qué lío, no entiendo.
-Mejor es que comiences por sentir y luego, despacito, vayas pensando sobre eso que sentís. De ahí en más, la aventura es toda tuya. 

-¿Y cómo me aventuro?
-¡Guau! Vayamos aproximando el bochín? Irás comprendiendo de a poco y para ello te aconsejo que observes la naturaleza y registres el momento en que el día comienza a transformarse en noche para luego ser nuevamente día, o que sigas al río hasta que se convierta en tierra firme y a tu regreso vuelvas a ver aparecer el agua. Estas experiencias te ablandarán los conceptos cerrados y te abrirán la cabeza para que todo llegue a ser tan nuevo como te lo propongas.

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